Parar de estudiar un rato a la tarde y tomarme un té acurrucada en el sillón y mirar por el balcón.
Las cosas de colores para el cuello.
Los perfumes de invierno (que no es invierno, pero cuentan igual).
Las botas.
Los litros de café con leche.
Norah Jones y Michael Bublé antes de dormir (no sólo con frío, pero con frío va más).
Que haya chocolate en los quioscos.
Entrar en calor en jazz.
Mandarinas.
Salir de casa y que no haya terminado de amanecer y que se vea todo medio dormido todavía.
Bajar del colectivo lleno de gente y chocarme con ese vientito frío frío.
Leer tapada hasta el cuello.
1 comentario:
Y por cosas así amo el frío :)
Agrego tomar té con limón y miel a la lista.
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