Es evidente que, cuando una se enamora, termina cayendo en las mismas cosas trilladas que todo el mundo y poniéndose igual de imbécil y que , cuando una se rompe, termina asumiendo de golpe lo vulnerable que está y cuánto duele. A esa conclusión llegué después de ver las entradas desde agosto del año pasado hasta ayer. Pero el blog no tiene la culpa. A nadie le importa tanto de lo mismo y a mí me estorba leer cosas que siento de las que no tengo ganas de acordarme todo el tiempo.
Por lo tanto, en otras noticias:
¡Que viva el invierno con sus primeras mandarinas sin semillas y sus tés entre la fotocopia y el resaltador!
Nina Ricci hace perfumes realmente deliciosos.
Me di cuenta de que si mi cabeza está desordenada, mi escritorio también, y cuando mis ideas se ordenan, mi escritorio también.
Soy la típica pendeja que está en primer año de medicina y se replantea si esto es lo que quiere (sí que lo es, pero la mano, ella solita, tiene 19 músculos así de chiquititos, ¡DIECINUEVE!).
Hoy, por primera vez, mandé por correo una carta que escribí.
Y creo que con eso estamos. Suficientes noticias. Quédense con nosotros que los mantendremos informados.
3 comentarios:
Dale yo me quedo, Yo te leo siempre :)
Quiero mandarinas
Época de bufandas hasta la nariz y café con leche y medialunas en los recreos. Y té en los apuntes. Aunque lo mío es más el mate. Tengo todos los cuadernillos manchados de verde :)
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