10.12.11

desconfiguracióon mental

Loca desquiciada sacada desbordada.
Desbordada desbordada desbordada.
Está todo bien, falta poco, ya se termina, no puedo.
Salí con un flaco que tiene rulos y que está buenísimo, hasta que me invitó a un telo, lo cual no hace que deje de
estar buenísimo, pero le restó puntos a la situación como situación (aunque le sumó puntos como anécdota).
Tengo que seguir estudiando. No puedo, es demasiado, suprahumano. Imposible. Basta.
Mi mejor amigo está hecho un pelotudo.
Basta, volvé a estudiar. Imposible, en cualquier lado. En la terraza, en el balcón, en el sillón, panza para arriba, boca abajo, de costado, sentada, en la cocina, en el living, en mi cuarto, en el balcón de nuevo. No hay chance.
Quiero plata, mucha plata. Y una notebook. Y zapatos de Paruolo.
Quiero se sea YA mi muestra de jazz. No sé si va a salir linda (sí, seguro, si bailo divina), pero la ropa es de lo más sensual. Gloriosa.
Le rompí el corazón a alguien, me dijeron. Le pedí que no fuera a mi muestra pero quiere ir igual.
Creo que bajé de peso porque los últimos 4 días me dio paja preparar comida y estuve arreglando a mi panza con un pedazo de queso y una manzana. Verde.
Quiero un novio con plata que me regale zapatos de Paruolo mientras yo sigo estudiando hermosamente.
Tengo el pelo de una indigente y mi mejor amiga está viviendo conmigo.
En realidad no quiero un novio con plata, quiero plata (y zapatos de Paruolo, no sé si lo dije) y quiero un abrazo. Lo del novio lo charlamos el año que viene.
Y, por las dudas, un dato a tener en cuenta: a menos que las intenciones sean súper claras, no está bueno invitar a alguien al telo en la primera salida.

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