2.1.13

¿No te pasa que te sentís como el orto pero no podés dejar de encontrar razones por las cuales terminás estando básicamente bien?
¿No te pasa que esperás demasiado de las relaciones y ponés muchas semillitas en terrenos estériles?
¿No te pasa que querés escribir y tenés la hoja enfrente y sólo pensás en nombres lindos de mujer para la protagonista de una historia que no quiere salir?
¿No te pasa que de a ratos la ropa, el pelo, los aritos y la cartera son lo único que te satisface?
¿No te pasa que querés quedarte en la cama todo el día pero cuando te acostás se te ocurren tres millones de cosas que hacer?
¿No te pasa que te sentís un foca y, aún así, no parás de comer?
¿No te pasa que querés que pase algo que te mueva un poco el tablero?
¿No te pasa que querés pintar, escribir, ordenar, arreglar y terminás viendo 5 capítulos seguidos de una serie?
¿No te pasa que planeás una sesión de manicura y el tiempo se te pasa y terminás de nuevo sin sacarte el esmalte saltado?
¿No te pasa que estás absolutamente dicotomizada y no entendés a qué mitad hay que darle bola?
Capaz no.
Es probable que estas cosas me pasen porque hoy, cuando escribí la fecha, dije "¡ay, miren! ¡escribí 2013!". Pelotuda.