28.4.13

Lo bueno de todo este estrés, además de que me gusta, es que de pronto, el día previo a rendir, cuando debería estar más que desquiciada, me levanto a las 5:15 y llueve y el café me sale riquísimo con una espumita genial y Norah Jones suena particularmente bien y en el resto del mundo se escucha silencio y después me agarra hambre y me hago otro café y como arrocitas con Oli, que se rasca mucho la oreja, y pienso que para ir a rendir me voy a estrenar una de las remeras que me regalaron para mi cumpleaños y pienso que hay mucho que, desde hace mucho, va queriendo.

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