4.12.16

Chocarte, darte de lleno, empaparte y envolverte en caos. Dejarte aplastar un poco, sarandear de acá para allá, aflojar los músculos y que el caos penetre por donde quiera, por los poros, por los ojos, por la boca. Caos efervecente, caos intramuscular, caos intravenoso. Pelo enredado por el caos y la transpiración. Exprimir toda la energía vital en forma de llanto incontrolable y lágrimas pesadas, sólo para dar lugar al caos. Que entre y que invada, que juegue, que conozca, que desplace y reacomode. Caos. El universo patas para arriba, caos. Las ventanas abiertas de par en par, un grupo de brisas entrando y volando todas las hojas que están sobre la mesa, caos. La heladera vacía, el último capítulo de la serie, la exposición absoluta del alma. Caos. Caos de todo lo que una es, de todo lo que una quiere ser, que ahora ya no es tan obvio. Caos.