18.6.17

Es la realidad que se hizo piel en el medio de todo lo otro, encontró el lugar que no tenía tan delimitado, que no tenía nombre, que estaba un poco desdibujado. Entre la felicidad, la plenitud, los ataques de satisfacción después de cada receta sellada y los sábados de colores para mí, la ameba cobró forma: no son sueños ni proyectos compartidos, no son secretos ni series ni películas que quedaron sin ver, son los domingos, la forma de la ameba es que te extraño los domingos.